- Tomás Guevara
Los países latinoamericanos abordan lentos el tren de alta velocidad de la inteligencia artificia y los que lo hacen aún van muy lejos de los países avanzados. El rezago en la región pasa por falta de investigación y desarrollo de infraestructura, así como de conocimiento de IA.
Washington — El uso de inteligencia artificial, más allá de las comunicaciones, es un reto por delante para toda América Latina, donde los avances van a paso lento, sin marcos normativos, poca infraestructura y débil impulso en la creación de recurso humano para gestionarlo.
La directora del programa de Ciencia e Innovación del Centro Woodrow Wilson, en Washington, Kellee Wicker, dijo al abrir un foro en la Universidad Católica de Uruguay (UCU) que urge “cerrar brechas entre los generadores de nuevas tecnologías y los formuladores de políticas”, pues el rezago está generando «retraso» en la mayor parte de países de la región para encaminarse por estas sendas tecnológicas.
Unos cuantos países de la región como Uruguay, Chile y Brasil encabezan las mejores mediciones de adaptabilidad a la inteligencia artificial.
El decano de posgrados de la UCU, Juan Bogliaccini, opina que en la región se presentan “muchos desafíos asociados a la inteligencia artificial”, pero que los países no pueden dilatar la discusión porque no se puede negar que “hay muchas oportunidades”.
España impondrá fuertes multas por no etiquetar los contenidos generados por IA
Sobre todo, urge comenzar una transición ordenada de “datos estratégicos”, una carrera donde el país sudamericano ha sorteado buena parte del camino lo que lo ha llevado a ubicarse como puntero en desarrollo de tecnologías, pero todavía lejos de los países desarrollados.
Con miras al sector productivo
Incluir la inteligencia artificial en el sector productivo en un país como Uruguay presenta dobles desafíos, sobre todo en sectores tradicionales explicó Carmen Porteiro, presidenta de la Unión de Exportadores del país, quien asegura que el crecimiento promedio de las exportaciones en los últimos 10 años ha sido del 2,7 %, donde han notado que el sector servicios que incluye las industrias tecnológicas ha tenido un mejor crecimiento con el 4,5 %.
Porteiro opinó que “cada proceso podría ser mejorado con inteligencia artificial”, y enfatizó que sectores tradicionales como en la agricultura, las tecnologías más tradicionales se han ido implementado, como el uso de sistemas de riegos y siembras, pero que la inteligencia artificial se plantea como «algo más complejo».
“Entre los desafíos para el sector exportador, lo primero es capacitación y conocimiento, estamos trabajando en este 2025 para empezar a sensibilizar sobre las herramientas que están en el mercado, hay mucho que está pasando, quizá no son tan conocidos, pero tenemos herramientas de laboratorios tecnológicos, creemos que acercar ese conocimiento es clave”, opinó Porteiro que considera vital para la industria sumarse a esos avances.
Desde el gigante tecnológico Google, Tamara Colodenco, gerente de políticas públicas para el cono sur, dijo que el mayor rezago está en la falta de infraestructuras para centros de datos, pasando por hasta la falta de acceso a la nube.
Colodenco agregó que tampoco se puede pasar de lado el tema de la regulación para las tecnologías de inteligencia artificial generativa. “vengo escuchando el tema de las regulaciones en la región y creo que estamos en un momento único para pensar la regulación sobre todo en Latinoamérica, porque los últimos cinco o 10 años fueron de una actividad regulatoria muy intensa en algunas regiones, sobre todo en Europa”, opinó.
Pero que esas mismas han llevado a un momento de reflexión global, con lo que la región latinoamericana podría aprovechar ese momento, sobre todo al discutirse si las regulaciones impuestas por países avanzados han sido efectivas o han marcado tropiezos, “estar un paso atrás fue un beneficio para Latinoamérica”, porque ha dejado un espacio para tomar decisiones con más conocimiento, agregó Colodenco.